Egosurfing, egosearching o vanity searching es la práctica de buscarse a sí mismo en Internet, saber qué aparece sobre nosotros y hacer un análisis de la relevancia que tenemos… o que ya no tenemos. Después de la descripción, hay que indagar en las consecuencias porque conseguir que sólo aparezca en la red lo que nosotros creemos que es conveniente es un arte. Como dice Karelia Vázquez en su consultorio Antigurú, “la vida en la red necesita un CTRL+Z”, es decir, la posibilidad de dar marcha atrás y borrar aquello que, ahora que lo pensamos mejor, no es necesario airear.
Si tuviéramos que traducir “egosurfing” podría ser algo como en busca de nosotros mismos en la red, aunque se prefiere la palabra anglosajona al ser más corta, sonar más experta y no parecer tan filosófica. Y ¿por qué en inglés? Los usuarios y los profesionales prefieren los términos en inglés por cuestiones prácticas ya que no podemos pensar de forma local en las redes puesto que estar en ellas implica tener una presencia internacional.
Para algunos esta práctica es primordial por su trabajo o relevancia social, para otros es sólo una anécdota pero para todos debería de ser algo habitual, eso sí, sin obsesionarse. Nuestra imagen digital está condicionada por los enlaces que un buscador ofrece de nosotros. Por eso es importante vigilar lo que se dice de nosotros. Nunca se sabe quién nos está viendo y con qué fines. Es tan fácil como introducir nuestro nombre en Google y esperar los resultados.
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